Neuropsicología y escuela (primera parte)

Jorge Agusti Sanchez,


En esta entrada del blog os resumimos la primera parte de las XXIX jornadas técnicas del Institut Guttman de Barcelona que este año estaban dedicadas a la neuropsicología y la escuela, no sin antes ADVERTIR que no somos médicos ni tenemos formación científica por lo que aquí recogemos lo que hemos entendido de las explicaciones y como información para las familias así que pedimos disculpas de antemano a los organizadores y a los ponentes por cualquier error u omisión que, en todo caso, será nuestro.

Conferencia “Brain development Experience and Behavior” a cargo del Dr. Bryan E. Kolb.

El Dr. Kolb es profesor de Neurociencia de la Universidad de Calgary (Canadá) y autor, entre otras muchas publicaciones del manual “Neuropsicología Humana” 

El Dr. Kolb afirma que todas las experiencias que tenemos modelan el cerebro, compuesto de 100 billones de conexiones neuronales  y 86.000 millones de neuronas, y tras repasar algunos datos más (entre los que nos llama la atención el efecto de las experiencias prenatales), desgranó los factores que a su juicio afectan al desarrollo del cerebro:

- Estimulación táctil: Está demostrado que la estimulación táctil (masaje, método canguro con los bebés, piel con piel), activa el factor de crecimiento FGF-2

- Lenguaje, Música y Arte: Los tres cambian la actividad del cerebro. La exposición temprana a la música puede aumentar el CI hasta 7 puntos; la exposición temprana al lenguaje (hasta lo 4 años) cambia el cerebro de forma vitalicia (no solo vocabulario sino también gramática).

- El estrés afecta mucho al cerebro (cuanto más adulto más afecta), y ya desde la fase de preconcepción (padres y madres sometidos a estrés), pasando por la gestación, la fase postnatal y a lo largo de la vida, siendo su mayor efecto sobre la corteza prefrontal y el hipocampo (gestor de la memoria).

El estrés gestacional incrementa los niveles de corticosterona y aumenta la ansiedad (sobre todo en varones), y su resultado son cerebros más pequeños y con conexiones anormales. Puso el ejemplo del estudio realizado tras la tormenta de hielo en Quebec (1998) en niños que se gestaron en ese periodo con menores niveles de CI (hasta 10 puntos), y peor rendimiento lingüístico y motor, efectos que permanecen 15 años después.

También afecta especialmente el estrés postnatal, y para ejemplificar sus efectos usa la frase “turning gold into lead” (convertir oro en plomo) porque puede multiplicar muchos factores de riesgo en la edad adulta.

- Fármacos psico-activos: Cafeína, cocaína, anfetamina … no nos atravemos a resumir el sinfin de efectos adversos que os podéis imaginar.

- Las relaciones padres-hijos: La experiencia más importante que tienes en la vida es la que tienes con tus padres y afecta al desarrollo del cerebro. Hay un estudio sobre niños adoptados y los adoptados con menor edad tienen mejor rendimiento (se observan cambios en la corteza prefrontal y el hipocampo).

- Relaciones entre iguales (compañeros, etc.): Los niños aprenden a resolver problemas a través del juego y la primera regla del juego es la reciprocidad (ahora pruebas tú, ahora yo, ahora te toca a mí y luego a ti, etc.), que muchas veces no se da en niños con lesión cerebral, lo que dificulta su aprendizaje.

- La dieta también es muy importante para el desarrollo del cerebro y también las bacterias intestinales, donde hay más ADN que en el propio cerebro y generan sustancias químicas que llegan al cerebro a través del nervio vago. Se están estudiando actualmente los trasplantes fecales para cambiar el microbioma en enfermedades como la esquizofrenia.

- El daño perinatal: Tiene un enorme efecto para el desarrollo y los resultados varían mucho en función del momento en que ocurra la lesión, el momento en que se diagnostique y el tratamiento que se siga. La antigua idea de que cuanto más temprana sea la lesión mejor pronóstico no es cierta porque hay momentos más delicados que otros en el desarrollo del cerebro (mejor en el primer trimestre que en el tercero, pero el peor momento es el del nacimiento).

La dificultad de hacer un pronóstico a largo plazo es enorme porque no se pueden conocer todos los efectos (motores, cognitivos, etc.) hasta los 12 o 13 años, lo que sí está demostrado es que la intervención temprana mejora mucho los resultados.

Las conclusiones son que el desarrollo del cerebro es muy complejo y prolongado, no sólo hasta los 3 años como se pensaba sino al menos hasta los 13 años, y que la plasticidad cerebral se ve afectada por muchos factores, no solo postnatales sino también prenatales, perinatales e incluso preconcepción.

Conferencia “Development of the executiv functions: Neuropsychology and Scool” a cargo de la Dra. Adele Diamond.

La Dra. Adele Diamond es profesora de Neurociencia cognitiva de la Universidad British Columbia de Canadá.

La Dra. Diamond nos explica lo que son las funciones ejecutivas y su importancia para el aprendizaje, empezando por la atención centrada, que ilustra con un ejemplo divertido pero muy revelador: a un grupo de niños se les pide que cuenten las fotografías de un periódico y unos tardan apenas unos segundos y a otros les cuesta minutos; el “truco” estaba en página 2 donde había una foto que decía “deja de contar fotos, hay 43” … pero no todos los niños se fijaron en el texto (solo contaban fotos).

A continuación, para ilustrar la conveniencia de dar tiempo a los niños, nos pone el video de un niño que tiene que apilar bloques de tamaños decrecientes (para poder amontonarlos sin que se caigan) y que consigue después de muchos intentos … la tentación es ayudarle a hacerlo, lo conveniente es dejar que siga intentándolo para que aprenda (no todos los niños lo hacen al mismo ritmo, cada niño tiene su ritmo de aprendizaje).

Otras funciones ejecutivas básicas son el autocontrol, la capacidad de esperar turno, no devolver un golpe inmediatamente, esperar, etc.  y la memoria de trabajo, que es imprescindible para cualquier aprendizaje.

Está demostrado que la mejor manera de estimular las funciones ejecutivas es a través de la narrativa, las “historias”. La narrativa mantiene la atención de los niños y en un reciente estudio han demostrado que tienen mejor rendimiento los niños a los que se les “explican” historias que los niños que las leen (el “story-telling” requiere más esfuerzo de atención y seguimiento pero mejora el vocabulario, etc.).

Otra función muy importante es la flexibilidad cognitiva, la capacidad de ver las cosas desde distintas perspectivas, aprovechar oportunidades inesperadas, cambiar la planificación sobre la marcha, etc. y para ilustrarlo nos muestra dos videos de niños de 3 y cuatro años en los que se observa que los de 3 tienen más inercia atencional que los de 4; se les van entregando fichas (una a una) y hay de dos formas distintas (camiones y de estrellas) que a su vez pueden ser rojas o azules, primero se les pide que clasifiquen por formas (camión a un lado, estrella al otro); cuando se les pide que clasifiquen por colores (azul a un lado, rojo al otro), los más pequeños, a pesar de que entienden perfectamente las instrucciones, siguen la tarea con la primera clasificación (camión-estrella).

Con ese video y otros ejemplos nos explica que entre saber hacer algo y hacerlo hay algún tipo de conexión que es la que a veces no funciona cuando hay algún trastorno (el niño sabe hacerlo pero no puede hacerlo hace).

Las funciones ejecutivas son muy importantes en muchos aspectos de la vida, y no está claro que los déficits no se puedan compensar más allá de los 3 años como se pensaba antes; es cierto que los primeros tres años son muy importantes, pero siempre hay margen de mejora, sobre todo con la práctica y la repetición y, para ilustrarlo, cita la conocida como “regla de las 10.000 horas” del psicólogo sueco K. Anders Ericsson, quien afirmó que la característica distintiva de los expertos es la cantidad de práctica deliberada que habían invertido (que es esa cifra de 10mil horas).

Respecto a algunos programas de ordenador que se suelen usaren rehabilitación, afirma que sirven para mejorar aspectos como la memoria de trabajo, pero que no tienen ningún efecto en otras funciones ejecutivas como la flexibilidad y que, además, el efecto en la memoria de trabajo desaparece a los pocos meses de haber cesado la actividad.

Lo que sí tiene efecto, y mucho, sobre las funciones ejecutivas, son las EMOCIONES (alegría, tristeza, miedo, etc.), e insiste en que la alegría no es lo contrario de seriedad, que se puede trabajar “seriamente” con alegría porque es así como aprendemos más y mejor. Que no hagamos una actividad “perfecta” no significa que no tenga valor, por el solo hecho de hacerla (perder el miedo a hacerla que tienen muchos niños) ya estamos aprendiendo.

En materia escolar, afirma que sin duda lo más importante en educación infantil es la relación profesor-alumno que, según estudios que cita, es mucho más relevante en el rendimiento escolar que todos los demás factores (ratio alumnos-profesor, medios materiales, etc.), al igual que ocurre en el ámbito sanitario (los mejores resultados terapéuticos se dan cuando el paciente percibe la relación con el médico como satisfactoria).

En relación a qué tipos de terapias y/o actividades son más efectivas para el tratamiento de niños afirma que, sin duda, la clave está en que al niño le guste hacer la actividad (bien sea deporte, narrativa, danza, arte o cualquier otra actividad) porque en cualquier actividad estará desarrollando funciones ejecutivas que le servirán en su vida diaria (y si le gusta practicará más y más).

Lo que sí es importante es hacer actividades no en abstracto sino directamente; pone el ejemplo de un estudio en que a unos niños se les dan clases de tenis y a otros directamente se les pone a jugar a tenis y mejoran más sus funciones ejecutivas los que practican directamente el deporte.

Y termina la conferencia recordando que no hay que ignorar los factores emocionales y que lo ESENCIAL es crear un entorno adecuado para el desarrollo del niño.

Conferencia “Intervención neuropsicológica en el niño con DCA” a cargo de la Dra. Antonia Enseñat.

La Dra. Enseñat es Jefe de Neuropsicología del Institut Guttmann que nos explica en primer lugar el Modelo de Peter Anderson sobre el Control Ejecutivo, que podemos dividir en cuatro apartados:

1.- Flexibilidad cognitiva (atención dividida y memoria de trabajo).

2.- Establecimiento de objetivos (capacidad de iniciación y planificación de la actividad)

3.- Control atencional (autorregulación y atención selectiva)

4.- Procesamiento de la información

Las funciones ejecutivas empiezan se desarrollan desde el primer año de vida hasta los 13 años pero atraviesa por diversas fases (0-5, 7-9 y 11-13), siendo el cambio más importante a nivel escolar cuando los niños pasan de la educación primaria a la secundaria (la exigencia cambia).

Los efectos del daño cerebral adquirido (DCA) en los niños se suelen denominar como la “epidemia silenciosa” porque son muchos los déficits que no son visibles hasta edades más tardías, con el inicio de la escuela o cambios de ciclo (primaria-secundaria) lo que implica que hay que hacer un seguimiento durante toda la etapa escolar, existiendo además muchos problemas que no se detectan porque, simplemente, no se valoran, o incluso se confunden determinadas secuelas del DCA (niños “vagos”, etc.) que acaban con diagnóstico de TDAH.

El daño cerebral adquirido infantil (por traumatismo o ictus) afecta tanto a las funciones desarrolladas como a las funciones que están en desarrollo y también a las funciones que se desarrollarán en el futuro, y muchas secuelas no se van a manifestar hasta que finalice el desarrollo cerebral.

Otro problema significativo es que a los hospitales llegan los casos de DCA graves, pero en los casos leves al no haber intervención hospitalaria ni seguimiento posterior algunas secuelas pueden pasar desapercibidas y es muy importante que puedan identificarse esos déficits en la escuela y deriven a los niños para que se les pueda dar el tratamiento que precisan.

El 90% de los casos de DCA son por traumatismo craneoencefálico (TCE) y el resto por causas diversas (ictus, tumores, anoxias, infecciones) y se calcula que en España hay entre 150 y 200 casos por cada 100.000 habitantes.

Entre las consecuencias principales encontramos la falta de flexibilidad, déficit en la memoria de trabajo, dificultades en la organización y en la planificación, pero sobre todo problemas de ATENCIÓN (que es el signo o síntoma principal, como lo sería la fiebre respecto a las infecciones).

La lesión provoca una ralentización en el procesamiento de la información, de forma que los niños con DCA son “lentos”, y aunque hay mucha capacidad de mejora y se superación respecto a sí mismos, lo cierto es que van a seguir siendo lentos por lo que, por ejemplo, una de las cosas que no funciona en la educación de niños con DCA es obligarles a repetir curso porque eso no va a implicar una mejora, es mejor recurrir a adaptaciones curriculares.

Destaca también la Dra. Enseñat la predisposición a colaborar de los profesionales con las escuelas para adaptarse lo mejor posible a lo que necesita el niño en cada momento, resolver dudas de los profesores, etc.

Para el tratamiento de niños con DCA es esencial una valoración neuropsicológica, en la que no solo se miden los déficits sino también las capacidades preservadas, y que no solo va a servir a los profesionales y a las familias para el tratamiento sino también puede servir a los profesores.

En todo este proceso la implicación de la familia es básica, y es muy importante que los profesionales expliquen a las familias que la rehabilitación es un proceso y que entiendan bien en qué momento del proceso está el niño, y fijar objetivos a corto plazo y realistas de forma que, una vez alcanzado, se marque el siguiente objetivo.

También es básico que el niño vuelva lo antes posible a la escuela, una vez tenga permiso médico y aunque al principio sea solo a modo de adaptación (unas horas al día) para favorecer el proceso de recuperación.

Nos recomienda dos libros sobre las funciones ejecutivas para los que queráis información teórica y práctica: “Smart but Scattered” y “Smart but Scattered Teens”

Y finaliza la conferencia hablando de las 11 (quizá 12 si añadimos el manejo del estrés) competencias, que tenéis enumeradas en esta imagen:

En unos días publicaremos la segunda parte, con las conferencias, entre otros, de David Bueno sobre Neuroeducación y de Beatriz Gavilán sobre las aportaciones de la neuropsicología en las dificultades de aprendizaje (muy interesantes).

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